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 EL ENIGMA SAGRADO

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Mainekes le dijo a Logan, a poco de ingresar en el psiquiátrico:

—¿Tú te enrollarías con una negrita?

Logan se sintió halagado, pues Mainekes era muy hermosa.

— Hombre, pues claro... ¿O no sabes el lío que tiene la doctora 

Sagrado de tapadillas...?

Mainekes abrió los ojos como faros.

Logan, continuó.

—Una vez estaba paseando de noche a la gasolinera y me la encontré con un negrazo con una tranca del doce... Hasta una paciente ciega, que es amiga mía, me dijo que a la doctora Sagrado se la endiñaba un negro... Pero ella, ¿cómo lo sabía?

— Puede ser su marido...