TENÍA RAZONES. pdf
TENÍA RAZONES
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I
VIDAS SUCESIVAS
No sabía de dónde había salido.
Debía tener cuatro años de edad y una noche, bajo las luces roja, azul y amarilla que iluminaban su habitación de infante, vió cómo los puntos de todos los colores que había en su habitación se arremolinaron, dando vueltas como virutas o volutas de humo al viento. Se movían y formaron la imagen de la máscara funeraria de Tutankamón. Ésa fue la primera vez en que tuvo la sensación de ser la Reencarnación del rey - niño - faraón Tut.
II
LA SEGUNDA OPORTUNIDAD
Pasaron los años. Esta vez más seguro que nunca, después de volver a nacer dos veces. Y una consecutiva.
Después de ser un Poeta Maldito, y Maldita Poesía.
Estaba mirando el reflejo del sol sobre la pantalla de un viejo televisor. Y así, en color nieve, en blanco y negro sobre la pantalla de la tele, tuvo otra visión. Vió la imagen de un Cristo transformándose en Vlad el Empalador o Vladimir Tepes, y volviendo a hacerse un morfing con el rostro de Gustavo Adolfo Bécquer, el escritor y poeta romántico español...
III
LA ÚLTIMA REVELACIÓN
La Última Revelación le sucedió estudiando la Biblia con los Testigos de Jehová. Ellos no creen en la Reencarnación. Creen que si te mueres es como si durmieses, no puedes afectar en la vida de la gente, ni vivir otras vidas. Eres como un electrodoméstico desenchufado, y si tienes que volver al mundo, seas justo o no, tras el día del Juicio, no recordarás quién has sido ni dónde has estado, porque está escrito que "los hombres al morir, es como si estuvieran dormidos".
Él tenía un Sueño Profundo. Pero le costaba dormir.
Y al leer la Biblia y ver la vida de todos sus personajes vió lo que nunca hubiera imaginado. Todos hemos sido Noé, Abraham, José, Moisés, Job, Cristo, etc. en algún momento de nuestra vida. Cabía la Esperanza de un Mundo Mejor.
Y por su dilatada experiencia, se percató que él había sido la suma de todos los personajes de la Biblia. Los buenos y los malos.
Todo está en la Biblia.
Todo está en los Libros.
IV
ECCE HOMO
Todo está en la Biblia. Hasta el circo de los gualtrapas con gabardina.
Llevaba meses sin mirarse en el espejo. No reconocía su propia imagen.
Todo está en los Libros.
Tenía razones de sobras para creerlo. Él sólo era un hombre.
Ecce Homo.
Alejandro Pes Casado
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